Puntúa esta foto

Cocina clásica en tonalidades blancas. Encimera pintada en negro. Grifería monomando en acero inoxidable. Decoración floral. Muebles pintados en blanco con tiradores de acero cromados alargados. Campana extractora a juego con mobiliario, revestida y pintada en blanco. Revestimiento de paredes con baldosas en tono terracota. Suelo pavimentado con parquet de roble oscuro.

La cocina es el lugar de nuestra casa donde mejor podemos reflejar nuestra personalidad y donde podemos dar vida al estilo decorativo que más nos cautive. Eso es debido a que cuenta con gran cantidad de ingredientes y posibilidades que van desde la distribución, la comunicación con cuartos contiguos y hasta los elementos como muebles o electrodomésticos. Las cocinas de tipo isla o de barra americana son ejemplos de preferencias que pueden darnos una alternativa a las cocinas clásicas y lograr una cocina no solo más bonita, sino también más eficaz.

La decoración clásica se singulariza por usar líneas y figuras sofisticadas y refinadas. Otra de sus características es su gran elegancia. Los materiales utilizados en el estilo clásico son siempre nobles y de altas prestaciones. Utilizan los adornos en pràcticamente todas sus partes y carecen de líneas rectas. Aunque por norma general no se suele combinar con otros estilos, también se puede encontrar junto con elementos modernos creando un espacio clásico-moderno. El estilo decorativo ecléctico es aquél en el que no existen directrices y se pueden utilizar mezclas de variantes de diversas épocas y movimientos. Los componentes clásicos combinados con partes modernas o materiales y texturas de todo tipo combinando madera, metales y cristales son ejemplos de tendencias eclécticas. De igual modo, al no existir patrones concretos podemos decorar nuestra casa realmente como nos guste y reflejar nuestra personalidad sin limitaciones de ninguna forma. Un punto a favor del eclecticismo es que nos da la opción de dar salida a bastantes de nuestros muebles y adquirir aquellos que verdaderamente nos deleiten sin tener que limitarnos a un estilo o material específico.